Las vacaciones de Navidad son un momento especial para compartir en familia, descansar y disfrutar de actividades de ocio. Entre ellas, los videojuegos suelen ocupar un lugar destacado.

Bien gestionados, pueden ser una opción divertida y educativa, pero sin unos límites claros, pueden convertirse en un problema.

A continuación, ofrecemos algunas recomendaciones por edades para ayudar a las familias en estas fiestas.

3-5 años

No se recomienda el uso de consolas, móviles, PC.

En su lugar priorizar juegos simbólicos, manualidades y actividades al aire libre en la medida de lo posible.

Tiempo de videojuegos: 0 minutos al día

6-9 años

Elegir videojuegos educativos o cooperativos, siempre con supervisión adulta.

Usar controles parentales y revisar la clasificación PEGI.

Tiempo de videojuegos: máximo de 30 minutos al día

10-12 años

Se pueden permitir videojuegos más complejos pero con normas claras en cuanto a horario, pausas y supervisión de los contenidos.

Conversar sobre lo que juegan y supervisar con quién lo hacen (evitando el juego con jugadores online)

Tiempo de videojuegos: máximo de 1 hora al día.

13-16 años

Dar más autonomía, pero con acuerdos familiares. Nunca jugar de madrugada y alternar con otras actividades, deporte, estudio, actividades con amigos…

Vigilar riesgos de aislamiento o exceso de competitividad online

Tiempo de videojuegos: máximo de 1 hora y media al día

Consejos generales

Establecer rutinas claras: definir los horarios y evitar que sea lo primero que hagan que al levantarse o lo último antes de dormir.

Acompañar y conversar. Jugar junto a vuestros hijos tambíén fortalece los vínculos y permite supervisar el juego.

Usar herramientas de control parental. Para poder configurar límites de tiempo y revisar contenidos.

Equilibrar on otras actividades como deporte, lectura, juegos de mesa, excursiones en familia…

Detectar cuanto antes señales de alerta como irritabilidad al apagar la pantalla, aislamiento o pérdida de interés por otras actividades.

Los videojuegos pueden ser una parte positiva del ocio navideño siempre que se gestione con límites, acompañamiento y variedad de actividades. Antes de los 6 años evitarlos y después introducirlos poco a poco y con supervisión. a medida que crecen, se les puede dar más autonomía, pero siempre con acuerdos familiares y en equilibrio con la vida real y social.